Después de seis temporadas de Juego de Tronos parece que cada vez nos duran menos los reyes y reinas en el trono. George R.R. Martin se ha encargado personalmente de ello así que no tiene pinta de que las traiciones y venganzas vayan a cesar.
De ahí que todos nos hayamos preguntado alguna vez cuánto tiempo duraríamos nosotros en el «Trono de Hierro«. Todos pensamos que lo haríamos mejor que muchos personajes, pero lo cierto es que ninguna decisión es fácil. Cada si o no no sólo afecta a la decisión más inmediata si no que condiciona todas las decisiones futuras que vayas a hacer. Una situación que empeora cuando le añades las presiones externas.
Todo esto es algo de lo que te das cuenta después de jugar unas cuantas partidas a Reigns (App Store, Google Play, Steam), un juego en el que nos sentamos en el trono como un benevolente (o malvado) rey que tiene que tomar decisiones deslizando el dedo al más puro estilo de Tinder.
Cuando Juego de Tronos conoció a Tinder

De hecho es imposible no pensar en Tinder cuando empiezas a jugar a Reigns, la mecánica es la misma: deslizas una carta hacia izquierda o derecha con tu dedo para decir si o no, sólo que en vez de juzgar superficialmente a una persona estas gobernando un pais. Y lo cierto es que funciona muy bien. Las animaciones son fluidas y cómo sólo hay que deslizar un dedo puedes jugar con una sola mano. Ideal para esos pequeños descansos que te tomas a lo largo del día.
El objetivo es simple, durar todos los años que puedas en el trono, pero es más fácil decirlo que hacerlo. Cada decisión que tomas (algunas de lo más variopintas) afecta a uno o varios de los cuatro estamentos de la sociedad (religión, pueblo, ejercito y dinero). Puedes ver el tamaño del impacto antes de tomar la decisión, aunque no sabrás si va a ser positivo o negativo hasta que hayas elegido. O al menos esa es la idea, por que con el paso del tiempo y algo de lógica puedes intuir por donde irán los tiros.
El handicap está en que no puedes llevar a ninguno de estos estamentos al limite, ni para bien ni para mal, o se sublevaran ante ti y acabaras muerto o exiliado. Ni siquiera es bueno tener demasiado dinero: acabarás haciendo una fiesta con tanta comida que acabaras empachado y morirás.

Todo se empieza a complicar cuando las decisiones que tomas empiezan a tener un impacto a largo plazo (como comenzar una guerra o hacer un acuerdo comercial). Por suerte también aparecen algunos comodines como la granja comunal, que te evita acabar degollado si por accidente matas a tu pueblo de hambre.
Las cartas se van ampliando según vas jugando a Reigns y con el tiempo empiezan a aparecer pequeños mini-juegos como salvar a una princesa, apostar con el bufón de la corte, entrenar con la espada o salir de caza.
A partir de aquí tu eres el único responsable del tiempo que dures en el trono de Reigns. Puedes durar un año o cuarenta, pero una vez hayas muerto en vez de empezar desde cero seguirás jugando como el sucesor del trono. O lo que es lo mismo, aunque se reinicien los marcadores, tendrás que apechugar con «la herencia recibida«. La política hecha videojuego.
Puedes comprar Reigns en: