Olvídate de los macarrones recalentados y alégrate el día con esta comida para llevar a clase.
La universidad es, con mucha diferencia, una de las mejores épocas de la vida de estudiante. Después de toda una vida por fin tienes la libertad de elegir tu destino, conoces a personas que comparten muchos de tus intereses, amplias tus horizontes con programas como Erasmus y, por supuesto, no hay que olvidarse de las fiestas universitarias.
Pero, al mismo tiempo, también es una de las más duras y exigentes. Hay que estar bien preparado si no quieres que acabe contigo. Es probable que por primera vez te tengas que valer por ti mismo, que acabes desesperado por culpa de los horarios, que la carga de trabajo te de unas ganas de dormir terribles e incluso puede que a todo eso le tengas que sumar unas cuantas horas de desplazamientos.
Tampoco ayuda si tienes que comer fuera y llevarte la comida de casa. Nadie se merece comer macarrones recalentados cinco días a la semana. Por eso aquí tienes seis recetas de comida para llevar a clase que a parte de variadas resultan sanas, nutritivas y fáciles de preparar. Prepara la fiambrera y manos a la obra.
Empieza por llevar algo para picar

Puede parecer una tontería, pero llevar contigo un pequeño aperitivo puede salvarte el día en muchas situaciones. Desde una mañana de sabanas pegadas en la que no te da tiempo a desayunar hasta esas jornadas que se alargan más de lo inesperado. Además, cualquier cosa que lleves en tu mochila va a ser más sano y barato que lo que puedas sacar de las máquinas expendedoras:
- Si estás cansado de llevar el típico plátano o manzana, una macedonia de frutas variadas es un aperitivo muy fácil de preparar.
- Las barritas de cereales, especialmente si no tienen chocolate, aguantan todo lo que les eches: calor, frío e incluso semanas en la mochila. Por no hablar de lo mucho que sacian.
- Si las barrigas no son lo tuyo, unos cuantos frutos secos, algunas tortas de arroz o incluso galletas integrarles pueden hacerte el apaño.
No te vas a morir por comer algo de verde

Enserio, no pasa absolutamente nada. No te vas a morir por prepárate una ensalada de espinacas, uvas, nueces, cebolla caramelizada, miel, queso azul y quinoa, meterlo en un tupper para ensaladas y llevártelo a la universidad. Tú madre se sentirá orgullosa y a ti se te hará menos pesada la sobremesa al haber comido algo ligero.
Hay vida más allá de los macarrones con tomate y chorizo

Cada da vez que iba al comedor de mi facultad parecía que sólo había una única forma de preparar la pasta: con tomate y chorizo. De hecho La única variedad se reducía a si eran espaguetis o macarrones. Se que están buenos, pero la pasta es tan maravillosa que limitarla a eso es todo un delito. Especialmente cuando puedes prepararte una ensalada de pasta con tomate, mozzarella, aceitunas negras y aliño de aceite de oliva con oregano como la de la foto.
Comete un bollo redondo y con agujero que no sea una bomba de azúcar

Enserio, por que algo sea redondo y tenga un agujero en medio no quiere decir que sea una rosquilla grasienta y repleta de azúcar. Puedes estar perfectamente ante un sano bagel tostado con un poco de crema de queso untado, cebollino esparcido y unas lonchas de salmón ahumado como el de la foto. ¿A que solo de leerlo te ha picado el gusanillo?
Entra en el fascinante mundo de los Bento

Seguramente ya hayas oido hablar de ellos, son esas pequeñas fiambreras de comida procedentes de Japón que se han ganado la admiración de medio mundo con sus impresionantes diseños. Aunque no hace falta que te lo curres tanto (no vaya ser que hagas un «león come gamba«) lo cierto es que si sigues su filosofía de mezclar hidratos de carbono con proteínas y vegetales puedes conseguir una comida de lo más sana y equilibrada. Nosotros nos hemos decantado por un arroz con verduras, mini hamburguesas/croquetas y sticks de zanahoria pero las posibilidades son infinitas. Sólo necesitas una fiambrera bento y mucha imaginación.
Si el tiempo aprieta…

Por último, si no tienes tanto tiempo como para andar decorando tu fiambrera con comida o simplemente prefieres utilizarlo en otras tareas, puedes encontrar un gran aliado en Joylent. Una comida en forma de batido o barrita que contiene todos los nutrientes necesarios. Prepararlo es tan sencillo y rápido como agitar una botella, con todas las ventajas que ello supone (especialmente a la hora de limpiar). Te puedo asegurar que no te vas a quedar con hambre.