Madrid, verano de 2011, con el 15-M aún caliente la ciudad acoge al papa, sus seguidores y un asesino en serie de ancianas.
Lo malo de las primeras impresiones es que, por muy acertadas que suelan ser, te pueden jugar una mala pasada como me ha ocurrido con «Que dios nos perdone«.
Su presentación no pudo resultarme menos atractiva. Un thriller en el que dos policías que se saltan las normas persiguen a un asesino en serie que atemoriza Madrid durante la visita del Papa. Una historia que, además, parecía tomar prestado parte del trabajo de Dan Brown. Pese a ser una de las películas made in spain más esperadas no tenía nada que me llamara la atención.
Dirección: Rodrigo Sorogoyen.
Guión: Isabel Peña y Rodrigo Sorogoyen.
Actores: Antonio de la Torre, Roberto Álamo, Luis Zahera, Raúl Prieto, María de Nati, María Ballesteros, José Luis García-Pérez, Mónica López, Rocío Muñoz-Cobo, Teresa Lozano, Francisco Nortes, Andrés Gertrúdix.
Duración: 126 minutos.
País: España.
Estreno en cines: 28 de noviembre.
Después de salir de la proyección me sentí un poco idiota, mis primeras impresiones no podían estar más equivocadas. «Que dios nos perdone» es una de las cintas más emocionantes que se han proyectado este Zinemaldía. También es una de las películas más duras. El sanguinario asesino en serie de ancianas se encarga de ello.
Negro como el carbón
Un psicópata acapara la atención de un cuerpo de policía ya saturado por la visita del Papa, las Jornadas Mundiales de la Juventud y los últimos coletazos del 15-M. La hipocresía y brutalidad policial ha hecho mella en una ciudadanía que desconfía de los cuerpos de seguridad. Un background al que se tendrán que enfrentar los detectives que encarnan Antonio de la Torre («La isla mínima«, «Volver«) y Roberto Álamo (protagonista del anuncio de la casa de apuestas más pesada del mundo).

Unos policías que, como viene siendo habitual en el género, no sólo son un mal ejemplo si no que hace años que deberían de estar fuera del cuerpo. Especialmente el inspector Alfaro (Roberto Álamo), que apenas puede controlar sus ataques de ira. Su descontrol y la forma en la que se burla de algunos métodos como los perfiles hacen que se coma la pantalla cada vez que aparece. Aunque el inspector Velarde (De La Torre), antisocial y tartamudo, tampoco puede oponer mucha resistencia pese a ser un cerebrito.

Personajes, guión, fotografía, ambiente, sonido… «Que dios nos perdone» cumple en todos los aspectos y confirma la buena forma de la que presume en los últimos años el cine español.