Gasta menos dinero en tonterías y date un capricho.
Hacerse mayor tiene todo tipo de ventajas: puedes salir hasta tarde, viajar a donde quieras, conducir, tomar cócteles como la gente elegante…¿Lo malo? A la larga te acabas muriendo y tienes que empezar a organizarte por ti mismo. En casa, en la universidad, en el trabajo… e incluso en el dinero. A todos nos ha pasado. Cobras tu primer sueldo, ves que tu cuenta ha crecido de forma sustancial (te sientes como un jeque) y lo siguiente que recuerdas es el humo que salía de la banda magnética de tu tarjeta después de una tarde a lo Pretty Woman. Para cuando te quieres dar cuenta está temblando y el remordimiento te corroe.
Si lo has vivido más veces de las que te gustaría admitir quizás sea el momento de tomar cartas en el asunto y para eso no hay mejor sistema que el Kakebo (alias 家計簿 o Ka Kei Bo). Un método inventado en la década de los 50 por un ama de casa japonesa que a día de hoy se usa en millones de hogares nipones.
El sistema

Todo empieza con una previsión. A primeros de mes tenemos un par de hojas dedicadas a apuntar los ingresos y gastos fijos que vamos a tener. La idea es sumar todos los ingresos para después restar los gastos que prevemos que vamos a tener si o si (alquiler/hipoteca, agua, luz, gas, internet, transporte, gimnasio…) y ahí saber cuanto dinero nos queda para pasar el mes. Si quieres ahorrar puedes ajustar algo más el presupuesto.

Después hay que apuntar la cantidad que nos ha salido en la parte superior derecha y a partir de ahí sólo queda ir apuntando los gastos que vayamos realizando a lo largo de la semana. Estos se organizan en cuatro categorías:
- Supervivencia: Comida, medicinas, transporte, mascotas…
- Ocio y vicio: Bares, restaurantes, ropa, caprichos…
- Cultura: Libros, música, cine, conciertos…
- Extras: Viajes, regalos, cosas de casa…
Al final del día (y de la semana) todo se van sumando por columnas y filas para saber cuanto nos hemos gastado en cada categoría y en total. De esta forma no sólo sabemos cuanto presupuesto nos queda si no también en qué lo hemos gastado. Al inicio de la siguiente semana volvemos a empezar. Restamos el dinero gastado del presupuesto, lo anotamos en la parte superior derecha y seguimos apuntando gastos.

Al final de mes es el momento de sumar los gastos de cada semana (en total y por categorías) y ver cuán bien nos hemos ajustado al presupuesto. De esta forma podemos tener una idea clara de dónde se va nuestro dinero y ver si se corresponde con nuestras prioridades. Por ejemplo, si eres un viajero empedernido quizás prefieras gastar menos semana a semana en potes y así ahorrar para tu próxima escapada. Si eres aplicado, en un par de meses ya sabrás qué hacer y podrás empezar a gastar (y ahorrar) de forma inteligente.
Al final del libro también se incluyen unas cuántas gráficas anuales para que las rellenes con los datos de cada mes. Es bastante más complejo que sumar pero está explicado paso a paso. No es necesario aunque resulta de lo más interesante.
El primer paso

Lo cierto es que para seguir el método Kakebo no hace falta hacerse con el libro. Si tenéis un Bullet Journal, por ejemplo, sólo tenéis que añadir las filas y columnas que he explicado antes. Pero entre que no es caro (17€) y que ya viene todo listo para usar no merece la pena andar complicándose.
En los meses que llevo utilizando el Kakebo me ha resultado de gran utilidad, aunque no creo que sea algo que vaya a seguir haciendo de forma continua. Aunque la editorial lo presenta como vehículo yo lo veo más como los ruedines de una bicicleta. Durante un par de meses prácticas con ellos y cuando ya sabes mantener el equilibrio puedes seguir adelante sin ellos.
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