Game boy color mi primera consola

Mi primera consola

Casi 20 años después todavía recuerdo, como si fuera ayer, todas las tardes de aventuras, retos y batallas que viví en mi Game Boy Color, mi primera consola.

Después de ver la Play Date no he podido evitar acordarme de mi vieja (y desaparecida) Game Boy Color amarilla. Ha sido como una explosión de nostalgia. La mañana en la que los Reyes Magos me la trajeron en casa de mis tíos, las tardes jugando con mis amigos en el parque, la emoción del día que completé mi primera Pokédex

Ha sido la excusa perfecta para empezar Retrovisión, una sección que llevo mucho tiempo con ganas de hacer y en la que voy a hablar de chismes, objetos, series, películas y álbumes de otro tiempo.

Viendo el cariño con el que voy a hablar de ella, podéis pensar que mi reacción al ver que los reyes me habían traído una Game Boy Color fue desmesurada pero no fue así. En aquel entonces lo mío eran los Legos y las maquinitas no me llamaban mucho la atención. De hecho, la que más la disfrutó los primeros meses fue mi madre. No es sólo que jugase más que yo, es que estaba tan enganchada como los niños de hoy en día al Fornite.

Gracias a eso tuve muchos más juegos de lo que era habitual, además como compraba muchas revistas se sabía casi todos los trucos y era difícil quedarse atrapado. Era como la wikipedia y cada vez que íbamos al parque se montaba un corro de niños a su alrededor para pedirle consejo. No tengo ninguna foto de la época, pero os podéis hacer una idea de la escena.

Aunque si soy sincero, no estaba de más que hubiese un adulto cerca cuando hacíamos intercambios Pokémon. Había más tensión que entre China y Estado Unidos, sobre todo con los intercambios de evolución. Si a alguno se le ocurría no devolver el bicho a su legitimo dueño el lio estaba montado. Tuve que hacer tantas negociaciones para completar mi primera Pokédex que no sabéis la alegría que me llevé al conseguirlo.

Game boy color mi primera consola
Foto por Asier G. Morato.

Los gráficos no eran gran cosa, de hecho muchas veces tenías que llenarlos con tu imaginación, pero los juegos eran muy divertidos y te podías pasar horas con ellos. El más obvio es Pokémon (Amarillo, Plata, Cristal…), pero no es el único: Súper Mario Bros, Wario Land (ojalá saquen uno nuevo), Harry Potter (era un RPG genial)…

Lo que si que era una mierda era la pantalla. Eso si que no hay nostalgia que lo salve. Comparado con cualquier móvil de hoy en día el color era algo testimonial. Eso por no contar las posturas que tenias que poner para que le diese bien la luz y se viese.

Y esta era sólo una de las muchas pegas que tenía el hardware de la época. Había muchas limitaciones, asi que había que tirar de mucha imaginación para superarlos. Sólo hay que ver accesorios y juegos tan ingeniosos como la Game Boy Camera con su impresora, el Pokémon Pinball (con vibración) o las lupas y luces que arreglaban un poco la pantalla. Tenía un maletín lleno de estos chismes que hoy en día serían impensables.

Cuando era pequeño no le di mucha importancia, pero no sabéis la pena que me da ahora mismo haberme desprendido de aquella Game Boy Color amarilla y muchos de los juegos. Menos mal que tengo amigos como Gotzon o Patricia que me la dejan de vez en cuando para hacerle fotos y jugar un rato.

Me da que tendré que navegar mucho por internet o viajar a Japón para recuperarlo todo. Eso o esperar a que Nintendo se anime y lance una Game Boy Classic Mini al más puro estilo de la SNES Classic Mini de hace un par de años.

Y si no siempre me quedará la Play Date de Panic, que también es amarilla y seguro que alguien se anima a hackearla para que se pueda instalar un emulador.

Deja un comentario