Cruces de neón, templos entre gimnasios y restaurantes, santuarios que parecen centros comerciales o catedrales del tamaño de un campo de fútbol. Así son las estrambóticas iglesias de Seúl que tanto me fascinan.
Cuando llegué a Corea del Sur hace 8 meses, no tenía ni idea de dónde me metía. Verás, palabras como K-Pop o los K-Dramas no formaban parte de mi vocabulario y no había visto en mi vida su, aparentemente sencillo, alfabeto. Ni siquiera cuando me plantee estudiar una lengua asiática. Sí que sabía de su particular situación política (¿quién no?) y, gracias a Youtube, algo me sonaba la fiebre de la cosmética coreana. Pero, poco a poco, me he dejado empapar y ahora puedo decir que conozco lo suficiente de un peculiar país que, aunque es del tamaño de Castilla y León, tiene muchísimo que ofrecer.
Como cualquiera que viaja a 10 000 km de su casa, tenía mis expectativas. Había cosas que esperaba y otras que no podía llegar a imaginar. No me esperaba que estuviese tan desarrollado, aunque hubiese estudiado sus indicadores económicos 3 000 veces en la universidad, y creía que sería un país budista o confucionista. Que en parte es cierto, su cultura tradicional toma las enseñanzas de Confucio aunque “coreanizando” todo, y el Budismo está muy presente en Corea del Sur pero ha evolucionado de una forma muy distinta al Budismo de la India.
Sin embargo, y para mi sorpresa, más de la mitad de la población surcoreana no es religiosa. El resto se divide, casi en partes iguales, entre budistas y cristianos. Más de la mitad de los cristianos, protestantes y el resto católicos.

Iglesia en la zona de Namyeong-dong. Foto por Sofía T. Bizou.
Encontrar templos budistas por la ciudad se me hace difícil, pero las iglesias de Seúl están en todas partes. Mires donde mires, verás una cruz, una torre o un edificio extraño que, si miras más de cerca, resulta ser una iglesia.
Por la noche, muchas de estas cruces se encienden y se visten de rojo gracias a los neones que llevan pegados a ellas. En medio de todos los rascacielos, verás cruces cruces fluorescentes y edificios que más que santuarios parecen centros comerciales.
También las hay pequeñitas: apenas una casucha con su cruz de neón bien fosforita. Incluso las hay que sólo ocupan un piso de algún edificio junto a otros comercios, restaurantes y hasta gimnasios.

Iglesia en la zona de Mangwon. Foto por Sofía T. Bizou.
En los primeros meses que pasé en Seúl no pude dejar de pensar en las estrambóticas iglesias de Seúl. De camino a la universidad, en el autobús, mirase a donde mirase solo veía iglesias rarísimas. ¡Estaban en todos lados!
Me encanta la fotografía, sobre todo la callejera. Esa en la que retratas a extraños en su vida cotidiana por la ciudad. Pero como en Corea del Sur es ilegal fotografiar a desconocidos sin autorización escrita tuve que darle una vuelta a mi idea de documentar mi año en el extranjero.
Y ahí es cuando nació Churches of Seoul. Después de encontrarme estas iglesias tan variopintas se me ocurrió fotografiarlas todas las que pueda y colgarlas en la red como si de un insólito álbum de cromos se tratase. Las estrambóticas iglesias de Seúl según Sofía.

Iglesia en la zona de Seoul Station. Foto por Sofía T. Bizou.
Puede que tarde o temprano te acostumbres a la singular arquitectura de la ciudad, pero después de ver tantas cruces de neón en las iglesias de Seúl me sigue sorprendiendo que un país de tradición budista la religión cristiana haya tenido tanto éxito. De ahí que mientras fotografío cruces de neón, intento comprender el rol que tiene la religión en un país tan vanguardista como Corea del Sur.
Los creyentes más fervientes afirman que Corea se ha desarrollado tan espectacularmente porque “ha sido elegida por Dios”. Aunque los más racionales dicen que el cristianismo floreció tanto gracias a que sirvió como elemento diferenciador entre coreanos y japoneses durante la ocupación nipona a principios del siglo XX.

Iglesia en la zona del barrio de Haebangchon. Foto por Sofía T. Bizou.
Aunque si no llega a ser por los misioneros cristianos que se instalaron en el siglo XVIII en Corea y aprendieron el alfabeto Hangeul (inventado en 1446 y que es mucho más fácil que los caracteres chinos) no existirían las iglesias de Seúl. El Hangeul fue una importante herramienta con la que crearon escuelas, universidades y otras instituciones educativas que emplearon y consolidaron el alfabeto a lo largo del siglo XIX. Muchas de estas universidades siguen en pie hoy en día.
Otras explicaciones que he encontrado para que las iglesias de Seúl sean tan numerosas han sido la influencia de Estados Unidos, la cooperación con misiones protestantes durante el desarrollo reciente o el acercamiento e imitación al mundo occidental en general.
Luego está la proliferación de sectas como los Moonies u otras pequeñas asociaciones más locales que prometen la espiritualidad acertada y que se te acercan en la calle para convencerte de ello.

Iglesia en la zona de Hapjeong. Foto por Sofía T. Bizou.
Corea, que tiene una superficie un poco mayor que Castilla y León, es el segundo país que más misioneros envía, por debajo de Estados Unidos, aunque la mayoría de su población no pertenece a ninguna religión. Tiene mega iglesias en las que caben 12.000 personas a la vez (Yeoido Full Gospel Church) y presidentes que afirman haber tenido visiones espirituales. Para colmo, cuando se estudian las religiones de Corea y su historia, a finales del siglo XIX se describe a Pyongyang (ahora Corea del Norte) como “el Jerusalén de Asia”. Curioso, ¿verdad?
Y es que, como podéis ver, la religión en Corea, un tema siempre tan complejo, se ha desarrollado con tantas particularidades que da mucho juego.
De momento, quédate con lo estrambóticas que son las iglesias de Seúl y pásate por @churchesofseoul para comprobarlo.