Hoy se cumple un año desde que lancé El Imperdible. 365 días después sólo puedo dar gracias por todo lo bueno que me ha pasado.
Cuando lancé El Imperdible hace un año no tenía ni idea de lo que iba a pasar. No es que no estuviese seguro de mi idea, pero sabía si los objetivos que me había marcado eran realistas. Llevaba varios años escribiendo en internet y tenía seguidores, pero ¿realmente le interesaba a alguien lo que contaba? También había invertido mucho tiempo e ilusión en el proyecto, pero ¿acaso le importaría eso a alguien que no me conoce?
A las 12:46 del 23 de mayo de 2016, cuando publiqué el primer tweet de El Imperdible, mi corazón latía a un ritmo desbocado. 193 pulsaciones según el reloj, hacía más de 4 años que no estaba tan nervioso. Pulsar ese botón fue como hacer un salto en caída libre, incluso sentí ese hormigueo que provocan las atracciones.
Los primeros minutos fueron terribles pero en menos de una hora la reacción fue tan positiva que me quité un peso de encima. Desde entonces ha pasado un año y lo cierto es que no puedo estar más contento, satisfecho y orgulloso de El Imperdible.
En lo profesional me ha ayudado a cumplir muchos objetivos. La semilla de El Imperdible me sirvió para hacer el Trabajo de fin de grado con el que terminé definitivamente la carrera. Tras darle forma y lanzarlo al público me sirvió para seguir aprendiendo y ganar experiencia. Por último, y quizás lo más importante de todo, El Imperdible me ha servido para conseguir una oportunidad en el mundo del periodismo.
Pero, si os soy sincero, lo mejor de todo ha sido vivir la experiencia. Me he divertido como nunca y he hecho cosas que jamás me imaginaba que haría. He acudido a uno de los festivales de cine más importantes del mundo y pude conocer al mismísimo Obi Wan Kenobi. He visitado ciudades impresionantes como Nueva York o Londres (de la que todavía tengo mucho que contar) y también he descubierto rincones mágicos en España. Además, he tenido la excusa perfecta para darme más caprichos de los que me merecía.
Todo gracias al apoyo de personas como mis padres, que me dieron todo el apoyo y la comprensión; Patricia, que me ha ayudado de forma incansable para que todo saliese perfecto; Eneko, que ha sacado tiempo para escribir siempre que se lo he pedido; y Gotzon, que ha hecho magia para que la web funcionase como yo quería. Aunque tampoco puedo olvidarme de todos los que habéis seguido/leído El Imperdible.
En este año El Imperdible ha cambiado mucho, desde el diseño y el formato hasta la frecuencia, pero el objetivo inicial se ha mantenido intacto: huir del mal ambiente que domina la red y compartir esos pequeños placeres de la vida que hacen que merezca la pena. Y espero que siga así durante muchos años.
Gracias a todos por este año tan maravilloso.
Orgulloso, muy orgulloso.
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